martes, 20 de abril de 2021

17·04·2021

19. Villamayor - Petrusos - Balsa salada de Alfajarín

Lugar de quedada, el Azud. Con los participantes de la ruta ya reunidos se formaron los grupos con el asentimiento y la conformidad de todos así como con el beneplácito del Maestro Pascual, ese comandante que te sabe llevar atado pero sin apretar el nudo, amarrado pero sin llegar a asfixiarte, guiándote con soltura pero sin soltarte la mano. El liderazgo se gana, no se impone y el Maestro sabe bien como gestionarlo. El es así y por eso cuenta con la admiración y el respeto de todos nosotros. Ni un ceño fruncido ni una mala cara, todo sonrisa y semblante de felicidad. Y ya si alguna vez fuéramos capaces de completar un track suyo sería elevado al altar de los Supremos.

 Personas así suman e iluminan y por ello hay que arroparlas y preservarlas.

Tik Tok: Como en rutas anteriores pudimos deleitar a los asistentes con el gracejo natural que la genética nos ha otorgado para la danza y el baile. Con la dulzura y elegancia en los movimientos y la armonía y sincronización a la hora de enlazar los pasos nos convertimos una vez más en la envidia de cisnes, garzas y pavos reales.

Pero el Tik Tok es más que eso. Es el lapso de tiempo en el que miembros de todos los grupos participan juntos en una función, en el que actores y espectadores funden sus sonrisas, en el que unos pierden la vergüenza (si alguna vez la tuvieron) para que todos puedan gozar, saborear y regocijarse, aunque tan solo sea por unos minutos, de un acto conjunto sabedores que en breve bajará el telón y reiniciaran la marcha separados.

Momentos así suman e iluminan y por ello hay que ensalzarlos y evocarlos.

La cerveza: con la Barca atestada de babor a estribor y de proa a popa por marineros y pasaje la última parada cambió de ubicación. Pero no así las tradiciones. En torno a mesas separadas, juntos pero no revueltos, pisándonos las palabras y con los oídos aturdidos por el vocerío, fueron el júbilo, las risas, la diversión y la algarabía las que se adueñaron de las entrañas y del espíritu de los sedientos ruteros. Y al grito ensordecedor de: “Esparmaños... que agujeros os duele?” y su consabida respuesta: “au au au!!!” concluyó la quedada de otro sábado, una vez más espléndida y genial.

Los finales de ruta así suman e iluminan y por ello deben permanecer en el recuerdo y repetirse hasta la saciedad.


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