martes, 16 de mayo de 2023

 

06·05·2023

II Aniversario

49. Cuando el Alazán se hizo mayor

¿Quien tuvo temor a detenerse tras otear praderas por donde galopar?
¿Quien fue superado por el miedo a fracasar teniendo cimas que escalar?
¿Quien dejó escapar sus sueños por la congoja de trotar en solitario?
¿Quien cedió ante sus propios retos sin tan siquiera haberlo intentado?
¿Quien hincó la rodilla cuando las metas parecían imposibles de lograr?

Nuestro potro Alazán seguro que no, pues en su interior no hay espacio para la rendición. No lo ha habido nunca, ni cuando acometió
 sus primeros y dubitativos pasos. El que conoce su corta historia, o al menos parte de ella, sabe que su gestación fue complicada, el embarazo no estuvo carente de dificultades y agrias molestias y el parto fue más doloroso de lo deseado. 

Comenzó a caminar expectante por su futuro más inmediato para después trotar con efervescencia infantil cargada de energía y acabar galopando desbocado, libre, sin cadenas, crin al viento, sorteando obstáculos, superando adversidades, menguando y restando importancia a duelos, trances e incidencias. 
Con el paso del tiempo fue filtrando el pasado, guardando para sí tan solo los buenos momentos vividos (que los hubo y muchos) y encerrando todo cuanto no sumaba en el Baúl de las Sombras para después arrojar la llave al fondo del Pozo del Olvido.

Atrevido, descarado, apasionado y algo enloquecido pero siempre ondeando la bandera del compañerismo y el estandarte de la perpetua sonrisa, el joven Alazán cumplió su segundo año de vida. Tal efeméride era merecedora de una fiesta acorde a la importancia que le damos los que, de una manera u otra, hemos sido partícipes de sus aventuras y desventuras y que junto a él hemos marcado con las huellas de nuestras herraduras caminos, sendas, galachos, cumbres, pistas, montes, pueblos y demás.

Y así fue, como era de esperar, como no cabía duda.

El día llegó y 37 jinetes arribados desde diferentes puntos de la Villa nos reunimos en el Azud del Ebro, punto de partida de innumerables cabalgadas, cargados de ilusión visible a flor de piel, de sobrada alegría para compartir y regalar, así como de la fuerza y el valor necesario para superar la batalla gastronómica a la que nos teníamos que enfrentar. Saludos, muecas, choque de manos e incluso algún abrazo (eso sí, con el roce justo y necesario para que quedara tan solo en un gesto de sincera amistad) crearon desde ese primer momento una aureola mágica de hermandad que ya predecía la fabulosa jornada que íbamos a disfrutar.

¿Y hay mejor manera para calentar piernas y cinturas y evitar lesiones antes de iniciar la correría que unos ensayos del Tik-Tok bajo la batuta y directrices de Miguelón, nuestro particular Maestro de Ceremonias? 
Reto desde aquí a cualquier afamado preparador físico a que nos lo demuestre, lo iguale con sus métodos y, si comete la osadía y se atreve, a que lo supere.

 Así que con los primeros deberes cumplidos con buena nota y ya todos reunidos a la hora marcada (incluso los que "se han" o "nos hemos" ganado a pulso la fama de tardones) arrancó el convoy donde predominaban las trazas tricolor de la gran hueste de BttZaragoza C.C. a la que con orgullo pertenecemos y estamos integrados, como uno más, como todos, porque todos somos uno.

De esta guisa, como una romería festiva, con nuestro característico "desorden organizado" y emulando las caravanas que viajaban en épocas medievales para repoblar tierras reconquistadas nos dirigimos por el camino más corto y placentero hacia Pastriz, lugar de destino. Ojo, sin mapas, brújulas, posición del sol ni cualquier otro medio para orientarnos que no fuera el olor a brasas y barbacoa. Bendito olfato con el que nos guiamos y que en un visto y no visto nos llevó a las puertas de la taberna "Los Jubis".

Allí, nuestro entrañable mesonero Carlos ya había dispuesto una mesa al aire libre, bajo la sombra de la arboleda y junto al parque que sería testigo de bailes, fotos, vídeos y todo cuanto rodea a esta tropa. Solo unos pocos saben con certeza los enormes esfuerzos que nos vimos obligados a realizar con anterioridad para concretar hasta el más mínimo detalle del menú, bebida, lugar, cantidad de comensales, presupuesto... Pero con un sacrificio inhumano y sobrenatural (visita con almuerzo, y otro almuerzo, y otro más, y más) y buena voluntad y predisposición por ambas partes conseguimos cerrarlo todo con cierta garantía de éxito.

La inolvidable estampa para el recuerdo dio fe de ello, cierra los ojos y sueña despierto: a lo largo de la mesa, bien aposentados, con nuestras fornidas y musculosas nalgas acomodadas, algunos fundadores y padres de la criatura, compañeros veteranos que ya habían celebrado con nosotros el primer aniversario, otros de reciente incorporación y que ya forman parte de la leyenda de Alazanes, la entrañable compañía de nuestros hermanos Iniciantes, algunos compañeros  con secuelas de lesiones, mermados por maliciosas bacterias y otros males o restablecidos de su paso por quirófano y que a pesar de ello no quisieron perderse la celebración. Ya puedes abrir los ojos, no fue un sueño, fue real, así lo vivimos y así lo disfrutamos.

Pero, lamentablemente, no estábamos todos los que somos. Por motivos familiares, personales o laborales no pudieron acudir aquellos que con toda seguridad lo hubieran deseado. Ausencias significativas por su carisma dentro del grupo y la de todos por cuanto aportan y suman. Porque piedra a piedra, juntos, fuertes, hacemos montaña.

Llegó el momento en el que mesonero, pinches, cocineras, camareras y demás personal de la taberna se afanaron en surtir a destajo platos y platos de todo tipo de viandas porcinas que acompañarían a los huevos con patatas: morcilla, chorizo, papada, panceta, madejas... ... incluso alguno comentó que los centros de mesa con hojarascas verdes no eran decorativos sino ensaladas comestibles a las que más de un insensato descerebrado hincó el diente. 
Si es cierto que la gula se considera un pecado, el infierno nos estará esperando con las puertas abiertas.

Cuentan las voces del lugar que desde ese día los cerdos próximos al pueblo sufren ataques de ansiedad cuando divisan a ciclistas acercarse a las lindes de sus granjas pues, aunque gorrinos, no ignoran el destino de sus allegados desaparecidos. Algo similar les sucede a las gallinas de los corrales quienes sufrieron el vil secuestro del fruto de sus entrañas para ser ultrajados, machacados y masacrados con chuscos de pan clavados hasta los nudillos de nuestras manos.

En tiempos de sequía y por solidaridad con regantes, ganaderos, agricultores y vecinos en general nos negamos en rotundo a desperdiciar una sola gota de agua por lo que tuvimos que remojar los manjares con una cantidad considerable de jarras de cerveza, botellas de vino, gaseosas y licores para acompañar el café. Un sacrificio más... por el bien de todos. Superada dicha tortura brindamos como exige nuestro ritual: "Bici sin cerveza... ... no me entra en la cabeza"

"No la he visto venir". Esa fue la expresión de un emocionado Miguelón al recibir el detalle sorpresa que le teníamos preparado. Porque sí, porque se lo merece, porque haría falta escribir otro ladrillo como este para resaltar todas las virtudes de nuestro querido Chiquitín. Grande como un volcán, con un inagotable fuego interno, entró en erupción y de los cráteres de sus ojos surgieron lágrimas de felicidad, que como la lava incandescente se deslizaron por las faldas de su rostro. A más de uno, el verlo así, nos creó un nudo en la garganta al que él mismo pronto supo buscar remedio y paliar esparciendo sus divertidas cenizas, las cuales nos envolvieron en una nube gaseosa de alegría que generaron como tantas y tantas veces el mejor de los regalos, las sonrisas.

Tiempo habría antes de la despedida para la tradicional foto de grupo y para danzar al son del Tik-Tok más multitudinario hasta la fecha. Sencillo, puede ser, pero suficiente para demostrar las dotes armoniosas para el baile que alguno cree tener. Esa sincronización, dulzura de movimientos y musicalidad acompasada en los gestos quedó patente e inmortalizado en vídeo para deleite y aprendizaje de futuras generaciones.

Y hasta ahí podemos contar. Despedida y regreso sin más. La dictadura de las agujas del reloj nos impidió volver a todos juntos, pero quizás eso ya era lo menos relevante. Lo auténtico, vibrante, afectivo, entusiasta, emotivo y hasta sensiblero y conmovedor ya tuvimos la enorme fortuna de poder disfrutarlo 
antes, unidos, como uno solo.

 Esa noche nuestro alazán se acostó como un joven potrillo para despertar al alba como un pura sangre.

"Perlas con sonrisas enlazadas,
resaltan sobre tu crin al viento,
voces que gozan, de hadas tu cuento,
nacen en ti, como joya preciada.

Eslabones de férreo acero,
a fuego fundidos en la forja,
magna cadena hermanada,
luces orgulloso en tu cuello.

Náufrago en alta mar desorientado,
con esperanza divisó la firme costa,
en la playa plasmó, feliz sus huellas,
Alazán, esta es tu historia, tu legado."

(Fer...
🐎... 1965 - "Conjeturas de un percherón")


PD: Que los Dioses nos sean benévolos y el destino nos depare diversión, mucha diversión... ... como hasta ahora, o más !!!

Amén.