miércoles, 11 de mayo de 2022

08·05·2022

44. Evento BttZaragoza C.C.

Cuando todos los caminos se funden en uno.

 Hace una semana escribí un comentario en la ruta de Alazanes que hoy considero igual de válido y extensible a lo vivido y disfrutado este domingo. Apuntaba así:

 "Enorgullece formar parte de un Club de gran solera y arraigo, fértil y boyante en virtudes, historia y prestigio, sentirse reconocido por ello, palparlo en las quedadas y en el ambiente que las arropa como la densa niebla invernal, notar que la complicidad es recíproca, que la cordialidad y el compañerismo envuelve la piña tricolor, que las cuantiosas, sinceras y mutuas sonrisas son el mejor regalo y el pegamento más hercúleo, y que a veces con un breve saludo, una mirada limpia y una sencilla mueca al cruzarse en el camino es más que suficiente para el buen entendedor."

 Porque por un día todos los caminos no llevaron a Roma, por un día su destino fue Cuarte de Huerva. Y hasta allí llegaron desde diferentes afluentes y dispuestos a colmar el embalse de La Fraternidad los variopintos grupos que forman este Club. Unos como los carreteros Team desde Alfamén y Cariñena, otros rodando por la ruta de Principiantes propuesta por Paco, eso sí, auténtica de Principiantes Principiantes… … (ahí os la dejo botando). Hubo quienes se escabulleron como pícaras comadrejas y acortaron la ruta con alevosía y determinación e incluso también quienes aparecieron de la nada como los espectros fantasmales de las casas encantadas.

Fuera como fuere, el improvisado corral para las monturas se fue llenando sin tregua ni pausa con un incesante goteo de máquinas, una a una, quedando éstas bien amarradas y seguras al compartir solidariamente sirgas de cable, cerrojos y candados y que una vez entrelazadas formaron una formidable, inaudita y multicolor escultura metálica vanguardista.

 COMPARTIR. Quizás esta palabra sea una de las más indicadas para reflejar lo que fue el alma del evento.

Compartir abrazos, sonrisas, palabras, recuerdos y vivencias.

Compartir saludos entre ilustres veteranos que no coincidían en mucho tiempo, entre compañeros que de cuando en cuando organizamos rutas conjuntas e incluso entre algunos con los que era la primera vez en la que se cruzaban nuestras miradas.

Compartir el aplaudible mérito de aquellos que por diferentes motivos no se quedaron al almuerzo pero que aún así rodaron hasta Cuarte, o el de los que acudieron únicamente para la foto porque por nada querían perderse el momento de posar junto a sus compañeros de andanzas, aventuras y desventuras.

Compartir la invasión organizada de la grada para plasmar el retrato de familia con los colores rojo, blanco y negro de los maillots y con las casacas doradas de los trialeros.

Compartir prendas con aquellos a los que la nueva uniformidad no les había llegado a tiempo pues como contaron las malas lenguas éstas todavía andaban por la ruta de la seda de Oriente o rememorando los viajes de Marco Polo.

Compartir ese doloroso impasse de tiempo con los que la genética, la glotonería y otros excesos gastronómicos nos ha jugado una mala pasada y lejos de poder presumir de unos abdominales tipo tableta de chocolate lucimos con orgullo un prominente melón y por lo cual nos vimos obligados a contener la respiración y contraer la panza mientras duraba el reportaje fotográfico a la vez que manteníamos con dignidad el hilo de aliento justo para compartir los tradicionales cánticos, gritos y brindis tan aplaudidos y afamados en ciertas terrazas de bares bien conocidas por todos.

Y como guinda al pastel del hermanamiento, compartir aposentados en corrillos de cuatro, como tiernos churumbeles de colegio, tertulias, chácharas y parloteos mientras arribaba el ansiado momento de recibir las reconstituyentes viandas encargadas, sabedores, eso sí, de lo complicado que resultaba atender a tantos comensales. Paciencia y comprensión, antes o después, todo llega.

 Como la mayoría no podemos alardear de tener morro exquisito ni paladar fino, somos facilones de contentar y nos conformamos con un sencillo plato de dos voluminosos... (con perdón)... huevos, acompañados de virutas de fécula y una ligera muestra de sabroso producto porcino más que nada por darle algo de color al cuenco. Nada de gula, Dios nos libre.

No hace falta comentar que, como deportistas “pro” tal y como estamos catalogados, somos conscientes de lo fundamental que es la hidratación para un óptimo rendimiento físico por lo que, para evitar que la energía aeróbica de los músculos disminuyera, dimos buena cuenta de jarras de cerveza, refrescos e incluso cuenta la leyenda que hubo quien osó beber agua.

 Tras los pertinentes cafés y algo más de tiempo para coloquios, chistes, bromas y demás, llegó la hora de partir y como las margaritas en otoño nos fuimos deshojando por el camino para que cada pétalo volara a su jardín empujado por una suave brisa y bajo un clemente sol que ya parecía anunciar, por fin, la llegada de la anhelada primavera.

 FELICITAR y AGRADECER a los padres de la idea, a los organizadores y voluntarios que cuidaron hasta el más mínimo detalle y a tod@s los participantes por aportar y compartir su granito de arena para que este Día del Club se celebrara como se merecía, como una maravillosa fiesta que permanecerá en la memoria por mucho tiempo como el día en el que, por una vez, todos los caminos no llevaron a Roma.

 “Todo lo que ilumina

debe permanecer ardiendo

y las sonrisas floreciendo

de entre sus brasas vivas”


martes, 3 de mayo de 2022

30·04·2022

43. Alto de La Muela


Retrato de una piña.

Ahora que quedan días, incluso podríamos decir horas, para celebrar nuestro primer aniversario es de agradecer una vez más que compañeros de otros grupos e ilustres veteranos nos acompañaran de nuevo en una ruta propuesta por este niño que el próximo domingo cumplirá oficialmente un añito. Las buenas costumbres, las que unen, las que hacen piña, esas hay que mantenerlas y revivirlas haciendo valer la firma con la que antaño rubricábamos crónicas y relatos:

"Todo lo que ilumina debe permanecer ardiendo".

 Enorgullece sentirse parte de algo grande, palparlo en las quedadas y en el ambiente que las arropa como la densa niebla invernal, notar que la complicidad es recíproca, que la cordialidad y el compañerismo envuelve la piña tricolor, que las cuantiosas, sinceras y mutuas sonrisas son el mejor regalo y el pegamento más hercúleo, y que a veces con un breve saludo, una mirada limpia y una sencilla mueca al cruzarse en un camino es más que suficiente para el buen entendedor.

Y así ha sido durante estos primeros meses de vida: rutas conjuntas como la de Las Ermitas en Junio y junto a las Women Bikes Mañicas en Marzo, o el almuerzo que organizamos en Octubre para todo el Club superando los cuarenta participantes, o coincidiendo por los caminos y pueblos como con los Riders en Muel allá por febrero,  o la participación en pruebas y marchas ciclistas como las de Aspanoa, Velilla, Pina o Fuentes, y sin olvidar las rutas por los Miradores de Ordesa, Valle de la Gloria y como no Puendeluna donde, como las piñas de los pinos cuando se abren en tiempo caliente y seco, florecieron todas las semillas y virtudes antes reseñadas.

 Y si hasta ahora ha sido así, así debe seguir, como una piña: TOD@S BttZaragoza C.C.

"No avanza el río para llegar al mar,

su único propósito es avanzar.

No tienes que saber adónde vas,

tú solo camina y ya vendrá,

por sí solo, todo lo demás."