viernes, 15 de diciembre de 2023

16·12·2023

50. Almuerzo Navidad

Navidad del vigésimo tercer año de nuestro Siglo. En algún lugar de Saraqusta... ...

Paseaba por las embarradas calles de la villa cuando observó un tumulto en la plaza y decidió acercarse y comprobar como los vecinos hacían corro en torno a un juglar arribado desde quien sabe donde y que, acompañado de la melodía que resonaba al pulsar las cuerdas de su laúd, contaba y canturreaba las hazañas de ciertos jinetes muy célebres y afamados del territorio. Llegó a tiempo de escuchar atentamente parte del cantar que entonaba así:

 

“ Y ahí estaba Sir Fer, aposentado en un lugar privilegiado de la mesa, junto al Gran Maese de la Orden de los Alazanes, pero con la mente alejada del bullicio, abstraído y ajeno a cuanto acontecía a su alrededor mientras disfrutaba observando los rostros dichosos y risueños de sus Caballeros en un día tan especial como era este.

 La correría con la que previamente habían cabalgado hasta la aldea de Pastriz no entraría en los anales de la historia por su distancia ni dureza, pero tampoco esa era la pretensión. Su fin no era otro que el de disfrutar de un día de convivencia, fraternidad y compañerismo celebrando como se merecía, y un año más, la llegada de la Navidad.

 Una vez despertó de esa burbuja de aislamiento y ensoñación que lo envolvía y retornó al mundo terrenal logró, a duras penas, adoptar una digna posición erguida y golpeando bruscamente y repetidas veces su jarra contra la maciza tabla, donde tan solo resistían pequeñas muestras de los manjares devorados y engullidos por los comensales allí presentes, logró acallar la algarabía y el jolgorio reinante y dirigiendo la mirada al infinito alzó la voz para clamar este brindis:

 - Por el pasado y el presente, por las andanzas, aventuras y desventuras que forjan nuestra leyenda.

- Por la Vieja Guardia y los fundadores de la hueste que son como las raíces profundas de las que se alimentan el resto de las plantas y flores.

- Por los nuevos jinetes que a lo largo de estos años han ido engrosando nuestras filas y que al igual que las nubes, que de primeras no saben dónde van, confían en el viento y se dejan llevar.

- Por aquellos que, con fé, tesón, constancia y fuerza de voluntad, han dejado escapar sus miedos internos para perseguir los retos personales y poder soñar con ser un río bravo antes que agua estancada.

- Por los que no temen a las cumbres más abruptas y escabrosas y afrontan las ascensiones sin dudarlo, con cierta dosis de heroicidad y conscientes de que no se puede atravesar el mar solo mirando el agua, sin mojarse, sin intentarlo.

- Por los que disfrutan en los descensos, por arriesgados y osados que sean y que los acometen con pericia y cierto tinte de temeridad, pero emulando al agua del río que no teme lanzarse al vacío porque de ello nacen las cascadas más bellas.

- Por los que incitan y participan en esas danzas cuya popularidad ha alcanzado cotas insospechadas y que aún hoy se desconoce el motivo real pues carecen de coordinación, armonía y entendimiento pero que hacen las delicias del pueblo llano.

- Por los que plasman en coloridos lienzos las estampas, retratos y paisajes que componen las escenas más relevantes de las correrías para que queden resguardadas a buen recaudo, a disposición de todos y no caigan en el pozo del olvido.

- Por los que en las rutas no se acobardan ante la lluvia, niebla, frío, cierzo y en vez de retirarse y buscar cobijo, al igual que harían otras aves, imitan a las águilas que atraviesan las tormentas hasta volar por encima de ellas.

- Por los que han padecido y padecen enfermedades, lesiones y heridas de guerra pero que, como el romero, pueden doblegarse ante el viento pero nunca se quiebran y vuelven con más fortaleza y con su esencia y fragancia intactas.

- Por los optimistas que siempre ven el vaso medio lleno y contagian su ánimo a la tropa con cantos, bromas, chanzas y tertulias. Los que son conscientes que el viento puede nublar el cielo pero prefieren pensar que también lo puede despejar para que el sol pueda brillar.

- Por más días como este, rodeado de hermanos, compartiendo mesa repleta de viandas variadas, unas sanas y otras no tanto, vino, cerveza, licores e incluso agua, con los poros de la piel obstruidos con las grasas porcinas, las mejillas con matices rojizos y los ojos inundados de lágrimas de alegría, gozo y regocijo.

- Habéis podido percibir como he eludido mencionar vuestros nombres porque jamás me perdonaría olvidarme de alguno. Pero, bien cierto es que seguro que cada uno de vosotros os habréis sentido identificados con alguna de las citas de este breve y escueto brindis.

- Y para acabar:

- Por el futuro, para que al menos iguale lo disfrutado hasta ahora, para que los Dioses nos protejan, amparen y auxilien y para que el Destino sea benévolo, magnánimo, nos pille confesados y sea indulgente con nuestras pifias y pecados.

- Por todos vosotros, por todos nosotros y por todo ello: alé alé !!! 

Y el festín continuó, desenfrenado, ahuyentando los malos espíritus y compartiendo los mejores deseos, como si se hallaran en un salón vikingo antes de emprender una nueva travesía hacia lo desconocido, bragando con mares embravecidos, pero saliendo airosos de todos ellos, agrandando así su historia, su epopeya... ... como la de nuestros legendarios Caballeros Alazanes."

 

Pero el reloj de sol de la fachada de la iglesia le advirtió que era la hora de partir y por ello se vio en la obligación, muy a su pesar, de alejarse del lugar. Y mientras en la plaza aplaudían y vitoreaban al juglar instándole a continuar con su relato a él le conquistaba la esperanza de que en un tiempo no muy lejano sus caminos volverían a cruzarse para escuchar nuevos cantares que poder plasmar sobre los pergaminos con su pluma y tintero.

 

FELICES FIESTAS !!!

martes, 16 de mayo de 2023

 

06·05·2023

II Aniversario

49. Cuando el Alazán se hizo mayor

¿Quien tuvo temor a detenerse tras otear praderas por donde galopar?
¿Quien fue superado por el miedo a fracasar teniendo cimas que escalar?
¿Quien dejó escapar sus sueños por la congoja de trotar en solitario?
¿Quien cedió ante sus propios retos sin tan siquiera haberlo intentado?
¿Quien hincó la rodilla cuando las metas parecían imposibles de lograr?

Nuestro potro Alazán seguro que no, pues en su interior no hay espacio para la rendición. No lo ha habido nunca, ni cuando acometió
 sus primeros y dubitativos pasos. El que conoce su corta historia, o al menos parte de ella, sabe que su gestación fue complicada, el embarazo no estuvo carente de dificultades y agrias molestias y el parto fue más doloroso de lo deseado. 

Comenzó a caminar expectante por su futuro más inmediato para después trotar con efervescencia infantil cargada de energía y acabar galopando desbocado, libre, sin cadenas, crin al viento, sorteando obstáculos, superando adversidades, menguando y restando importancia a duelos, trances e incidencias. 
Con el paso del tiempo fue filtrando el pasado, guardando para sí tan solo los buenos momentos vividos (que los hubo y muchos) y encerrando todo cuanto no sumaba en el Baúl de las Sombras para después arrojar la llave al fondo del Pozo del Olvido.

Atrevido, descarado, apasionado y algo enloquecido pero siempre ondeando la bandera del compañerismo y el estandarte de la perpetua sonrisa, el joven Alazán cumplió su segundo año de vida. Tal efeméride era merecedora de una fiesta acorde a la importancia que le damos los que, de una manera u otra, hemos sido partícipes de sus aventuras y desventuras y que junto a él hemos marcado con las huellas de nuestras herraduras caminos, sendas, galachos, cumbres, pistas, montes, pueblos y demás.

Y así fue, como era de esperar, como no cabía duda.

El día llegó y 37 jinetes arribados desde diferentes puntos de la Villa nos reunimos en el Azud del Ebro, punto de partida de innumerables cabalgadas, cargados de ilusión visible a flor de piel, de sobrada alegría para compartir y regalar, así como de la fuerza y el valor necesario para superar la batalla gastronómica a la que nos teníamos que enfrentar. Saludos, muecas, choque de manos e incluso algún abrazo (eso sí, con el roce justo y necesario para que quedara tan solo en un gesto de sincera amistad) crearon desde ese primer momento una aureola mágica de hermandad que ya predecía la fabulosa jornada que íbamos a disfrutar.

¿Y hay mejor manera para calentar piernas y cinturas y evitar lesiones antes de iniciar la correría que unos ensayos del Tik-Tok bajo la batuta y directrices de Miguelón, nuestro particular Maestro de Ceremonias? 
Reto desde aquí a cualquier afamado preparador físico a que nos lo demuestre, lo iguale con sus métodos y, si comete la osadía y se atreve, a que lo supere.

 Así que con los primeros deberes cumplidos con buena nota y ya todos reunidos a la hora marcada (incluso los que "se han" o "nos hemos" ganado a pulso la fama de tardones) arrancó el convoy donde predominaban las trazas tricolor de la gran hueste de BttZaragoza C.C. a la que con orgullo pertenecemos y estamos integrados, como uno más, como todos, porque todos somos uno.

De esta guisa, como una romería festiva, con nuestro característico "desorden organizado" y emulando las caravanas que viajaban en épocas medievales para repoblar tierras reconquistadas nos dirigimos por el camino más corto y placentero hacia Pastriz, lugar de destino. Ojo, sin mapas, brújulas, posición del sol ni cualquier otro medio para orientarnos que no fuera el olor a brasas y barbacoa. Bendito olfato con el que nos guiamos y que en un visto y no visto nos llevó a las puertas de la taberna "Los Jubis".

Allí, nuestro entrañable mesonero Carlos ya había dispuesto una mesa al aire libre, bajo la sombra de la arboleda y junto al parque que sería testigo de bailes, fotos, vídeos y todo cuanto rodea a esta tropa. Solo unos pocos saben con certeza los enormes esfuerzos que nos vimos obligados a realizar con anterioridad para concretar hasta el más mínimo detalle del menú, bebida, lugar, cantidad de comensales, presupuesto... Pero con un sacrificio inhumano y sobrenatural (visita con almuerzo, y otro almuerzo, y otro más, y más) y buena voluntad y predisposición por ambas partes conseguimos cerrarlo todo con cierta garantía de éxito.

La inolvidable estampa para el recuerdo dio fe de ello, cierra los ojos y sueña despierto: a lo largo de la mesa, bien aposentados, con nuestras fornidas y musculosas nalgas acomodadas, algunos fundadores y padres de la criatura, compañeros veteranos que ya habían celebrado con nosotros el primer aniversario, otros de reciente incorporación y que ya forman parte de la leyenda de Alazanes, la entrañable compañía de nuestros hermanos Iniciantes, algunos compañeros  con secuelas de lesiones, mermados por maliciosas bacterias y otros males o restablecidos de su paso por quirófano y que a pesar de ello no quisieron perderse la celebración. Ya puedes abrir los ojos, no fue un sueño, fue real, así lo vivimos y así lo disfrutamos.

Pero, lamentablemente, no estábamos todos los que somos. Por motivos familiares, personales o laborales no pudieron acudir aquellos que con toda seguridad lo hubieran deseado. Ausencias significativas por su carisma dentro del grupo y la de todos por cuanto aportan y suman. Porque piedra a piedra, juntos, fuertes, hacemos montaña.

Llegó el momento en el que mesonero, pinches, cocineras, camareras y demás personal de la taberna se afanaron en surtir a destajo platos y platos de todo tipo de viandas porcinas que acompañarían a los huevos con patatas: morcilla, chorizo, papada, panceta, madejas... ... incluso alguno comentó que los centros de mesa con hojarascas verdes no eran decorativos sino ensaladas comestibles a las que más de un insensato descerebrado hincó el diente. 
Si es cierto que la gula se considera un pecado, el infierno nos estará esperando con las puertas abiertas.

Cuentan las voces del lugar que desde ese día los cerdos próximos al pueblo sufren ataques de ansiedad cuando divisan a ciclistas acercarse a las lindes de sus granjas pues, aunque gorrinos, no ignoran el destino de sus allegados desaparecidos. Algo similar les sucede a las gallinas de los corrales quienes sufrieron el vil secuestro del fruto de sus entrañas para ser ultrajados, machacados y masacrados con chuscos de pan clavados hasta los nudillos de nuestras manos.

En tiempos de sequía y por solidaridad con regantes, ganaderos, agricultores y vecinos en general nos negamos en rotundo a desperdiciar una sola gota de agua por lo que tuvimos que remojar los manjares con una cantidad considerable de jarras de cerveza, botellas de vino, gaseosas y licores para acompañar el café. Un sacrificio más... por el bien de todos. Superada dicha tortura brindamos como exige nuestro ritual: "Bici sin cerveza... ... no me entra en la cabeza"

"No la he visto venir". Esa fue la expresión de un emocionado Miguelón al recibir el detalle sorpresa que le teníamos preparado. Porque sí, porque se lo merece, porque haría falta escribir otro ladrillo como este para resaltar todas las virtudes de nuestro querido Chiquitín. Grande como un volcán, con un inagotable fuego interno, entró en erupción y de los cráteres de sus ojos surgieron lágrimas de felicidad, que como la lava incandescente se deslizaron por las faldas de su rostro. A más de uno, el verlo así, nos creó un nudo en la garganta al que él mismo pronto supo buscar remedio y paliar esparciendo sus divertidas cenizas, las cuales nos envolvieron en una nube gaseosa de alegría que generaron como tantas y tantas veces el mejor de los regalos, las sonrisas.

Tiempo habría antes de la despedida para la tradicional foto de grupo y para danzar al son del Tik-Tok más multitudinario hasta la fecha. Sencillo, puede ser, pero suficiente para demostrar las dotes armoniosas para el baile que alguno cree tener. Esa sincronización, dulzura de movimientos y musicalidad acompasada en los gestos quedó patente e inmortalizado en vídeo para deleite y aprendizaje de futuras generaciones.

Y hasta ahí podemos contar. Despedida y regreso sin más. La dictadura de las agujas del reloj nos impidió volver a todos juntos, pero quizás eso ya era lo menos relevante. Lo auténtico, vibrante, afectivo, entusiasta, emotivo y hasta sensiblero y conmovedor ya tuvimos la enorme fortuna de poder disfrutarlo 
antes, unidos, como uno solo.

 Esa noche nuestro alazán se acostó como un joven potrillo para despertar al alba como un pura sangre.

"Perlas con sonrisas enlazadas,
resaltan sobre tu crin al viento,
voces que gozan, de hadas tu cuento,
nacen en ti, como joya preciada.

Eslabones de férreo acero,
a fuego fundidos en la forja,
magna cadena hermanada,
luces orgulloso en tu cuello.

Náufrago en alta mar desorientado,
con esperanza divisó la firme costa,
en la playa plasmó, feliz sus huellas,
Alazán, esta es tu historia, tu legado."

(Fer...
🐎... 1965 - "Conjeturas de un percherón")


PD: Que los Dioses nos sean benévolos y el destino nos depare diversión, mucha diversión... ... como hasta ahora, o más !!!

Amén.


miércoles, 23 de noviembre de 2022

19·11·2022

48. Carta de... ¿¿Amor??

A la atención del sr. Aemet:

Admirado y entrañable amigo: 

Soy consciente que a fecha de hoy está debidamente informado de lo acaecido en la ruta de este pasado sábado pero me veo en la obligación, por respeto y solidaridad hacia mis compañeros de fatigas, de puntualizar y reprender parte de su implacable y agresiva actitud hacia nosotros.

Cierto es que no engañó a nadie pues durante toda la semana ya pronosticaba el airoso castigo que pretendía infligir. Aún así doce valerosos o quizás inconscientes Alazanes no se dejaron amedrentar con sus amenazas y decidieron tener la osadía de plantar cara a semejante afrenta. Es más, era la primera ruta propuesta por Román, debíamos rendirle honores por ello y cabalgar sin excusas ni pretextos. No hubiera resultado muy honroso escudarnos en la coartada de una suave brisa de más de 35 km/h. para posponerla y buscar otra más cómoda.

También es cierto, sr. Aemet, que su estudiada estrategia le salió a pedir de boca, permaneciendo su aliado el cierzo en un discreto segundo plano desde la salida en el Club de Tiro, mientras rodábamos por el camino de la Estepa, en las subidas a los dos clásicos rampones (por cierto, muy mejorado el más complicado con una capa de grava), en el descenso hasta la carretera de Torrecilla, e incluso colaborando en la ascensión más exigente de la jornada así como empujando en el camino de Mediana hasta la propia Salada por el trayecto que propuso Joaquín. Hasta recibió elogios de parte de la tropa por su inestimable y desinteresada ayuda. ¿Desinteresada?... ... 
 
Ya en la Salada y tras cumplir con el protocolario y, una vez más, exitoso Tik Tok y dar buena cuenta de plátanos, frutos secos, barritas de hojarasca prensada y demás viandas, la historia dio el giro que todos temíamos. A partir de ahí su pretencioso viento se vino arriba y azotó con toda la furia y virulencia que le fue posible. Y como es bien sabido, las desgracias nunca vienen solas: el camino que nos debía llevar hasta el Burgo cortado, una señal que nos desviaba a la izquierda, una subida que con su querido colaborador golpeando de frente se hizo aún más costosa... ... todo ello para aparecer en medio de la nada, confundidos y sin track válido que seguir.

Pie a tierra, bicicleta al hombro o de acompañante, un descenso propio de aguerridos montañeros, tramos por campos encubiertos y desconocidos hasta ese día, sendas imaginarias y camufladas por las que nos abríamos paso... ... En fin, una delicia de desventura hasta llegar a la carretera de Torrecilla, y desde allí a la ansiada civilización.

Otra cosa también es cierta, sr. Aemet. Sin duda puede usted vanagloriarse y jactarse de poder apuntar en su ridículo casillero un par de tantos: uno, conseguir que acabáramos la ruta con las piernas más martirizadas y doloridas de lo deseado y esperado y dos, y más lamentable, que nos dejara sin el tiempo necesario para disfrutar de las tradicionales jarras de cerveza. Esto es poco menos que un sacrilegio para nosotros, una mancha en nuestro impoluto e intachable historial y un ultraje a nuestra inmaculada leyenda. Sin perdón.

A pesar de todo quiero comentarle, sr. Aemet, que si su intención era quebrar nuestra moral y martillear nuestra fortaleza no lo ha logrado. Como los abuelos que cuentan sus batallitas a los nietos, nosotros también borramos de la memoria todo aquello que no suma, que duele, que acongoja, que causa suplicio, angustia o desconsuelo, mientras que mantenemos en el baúl de los recuerdos el resto, lo positivo, lo que nos engrandece y mantiene unidos, todo aquello que nos saca una simple sonrisa, ese regalo tan preciado y costoso en estos días.

Sin más, reciba nuestro más sincero abrazo.
Gracias por su atención y hasta la próxima.

fdo: Los doce jinetes de la Cierzolipsis.

(PD: Por cierto sr. Aemet, esta semana saldremos desde el Parque del Zigzag a las 8:30 hacia Valdeatalaya, Loma Lobera y pinares de Pardines. Se lo comunico por si quiere ir preparando un lote con una dosis de lluvia, una muestra de niebla, una porción de frío gélido... ... lo que tenga usted a bien cocinar. Eso sí, si vuelve a intentar la jugarreta del cierzo, por favor, que valga la pena, que no sea esa tierna y agradable brisa con la que nos deleitó el sábado pasado.) 


viernes, 21 de octubre de 2022

 

21·10·2022

47. Si la Naturaleza te susurra al oído... escúchala.

“Nunca he visto a un árbol avergonzarse de sus ramas y flores,

nunca he visto a un águila escondiendo sus divinas alas,

nunca he visto a un pájaro sin cantarle a la mañana,

nunca he visto a un río estancarse ante una piedra,

nunca escondas tus sueños, lucha por ellos.”

 

 

Allí estaban, abuelo y nieto, guerrero y aspirante, maestro y discípulo, sabiduría y curiosidad, la placidez que dan los años frente al ardor juvenil, ambos sobre la cima más elevada que encontraron y desde donde la naturaleza se plasmaba ante ellos con todo su esplendor: ríos y afluentes, arboledas y mantos de flores, sotos y galachos pero también secarrales casi esteparios así como un variopinto repertorio de aves, mamíferos e insectos.

 

A sus pies Salduie, la ciudad íbera donde habitaban, con sus casas fabricadas con un zócalo de sillares de alabastro recrecidos en adobe, sus muros decorados con pinturas o simplemente enlucidos con cal y sus pavimentos de ceniza o gravilla apisonada, donde los más lujosos se mostraban con mosaicos de dibujos hechos de teselas embutidas en mortero. De entre todos los edificios resaltaban como joyas el Foro público y el mercado cubierto. Atrás quedaron las cabañas de los primeros asentamientos en la confluencia de los ríos Ebro y Huerva de la Edad de Bronce Final y las viviendas, ya de adobe, de la Primera Edad de Hierro. Porque desde esos tiempos inmemoriales el emplazamiento ya no paró de crecer.

 

Ellos, los sedetanos, conocieron la prosperidad, capaces incluso de acuñar su propia moneda, la cultura urbana y el desarrollo político, inducido por el contacto con las civilizaciones mediterráneas, griega y fenicia, y transmitida a lo largo del canal de comunicación que suponía el río Iberus antes de la llegada de los romanos.

 

Al contrario que sus vecinos los celtas y celtíberos hostiles a Roma como los titos, belos, lusones... ... que ofrecieron una resistencia larga y consistente a la ocupación romana, pues su vida se orientaba a exaltar el valor personal, el honor y la guerra, los antecesores de nuestros protagonistas colaboraron con ellos. Sus aristocracias fueron combatientes que lucharon en escuadrones de caballería como parte de los contingentes militares romanos y a los que se les erigían monumentos funerarios adornados con estelas en las que se representaban jinetes, caballos y lanzas.

 

Porque el caballo era parte de ellos, de su vida, de su muerte. Así continuó durante siglos, con los visigodos, la invasión musulmana, la Reconquista, el Medievo y sus Órdenes militares como la de los Alazanes, incluso en la actualidad, dando nombre a cierto grupo ciclista que rueda forjando su propia leyenda. Pero eso es otra historia.

 

El abuelo, en su lucha contra el tiempo, se negaba a que toda la sapiencia y conocimiento con el que le habían ilustrado y que se había transmitido de boca en boca durante generaciones se diluyera y quedara en el olvido y el ostracismo ante el empuje de las nuevas culturas. Por ello apuraba cualquier oportunidad o coyuntura para inculcar al inquieto mozalbete todo el saber que había heredado y con el que había pulido su carácter, cultivándose y actuando tan solo como un espectador privilegiado de cuanto le rodeaba, de cuanto le ofrecía la naturaleza, de cuanto le brindaba la tierra.

 

Divisaron en el horizonte y en las puertas de la ciudad como los valerosos jinetes montados en sus flamantes alazanes iniciaban una nueva correría hacia las Portilladas y los montes de Alfajarín donde siglos después sería edificado un Castillo que acabaría en manos de una noble familia y donde aún más tarde se alzaría una estatua para rendir culto al Toro y cuya visita era, y es, de obligado peregrinaje.

Verlos partir desencadenó un revoloteo en la mente avispada del zagal y un aluvión de preguntas que pondrían en jaque la serenidad, el temple e incluso la paciencia del abuelo.

 

- Abuelo... ¿Algún día yo también cabalgaré con el resto de los guerreros de la tribu?

- Por supuesto, pero tranquilo. Fíjate a tu alrededor: la naturaleza solo florece en primavera, hasta entonces las raíces se mantienen fuertes bajo tierra. A ti también te llegará tu primavera, pero has de tener paciencia. Todo florece cuando tiene que florecer, los árboles no fuerzan para que nazcan sus frutos, simplemente salen cuando toca.

 

- Si, ya, pero... ¿Cuándo estaré preparado? ¿Cuánto me falta aún?

- Todo tiene su tiempo y lleva sus pasos. ¿Has intentado alguna vez encender un fuego empezando con un tronco grueso? ¿A que no se puede? ¿Verdad que primero hay que ir poniendo ramita a ramita? Pues tu aprendizaje y entrenamiento ha de ser igual, ramita a ramita. ¿Tú crees que sin el adiestramiento necesario nuestros guerreros hubieran coronado las Planas por Vallobera con la facilidad con la que alcanzaron la cumbre la semana pasada?

 

- Es que cuando duermo me veo trotando con ellos y soy tan feliz...

- Pues entonces se fiel a tus sueños y al camino que te has marcado para alcanzarlos. Mira allí abajo. ¿Ves el río? Si no siguiera su llamado hacia el mar se convertiría en agua estancada. Pregunta a veteranos por el grandullón de sonrisa eterna, por su tesón, su fuerza de voluntad y la satisfacción que le da superar sus propios retos, miedos y desafíos. Tanto en aguas mansas como en rutas hacia la Presa de Pina o en otras más bravas como en el Alto del Campillo y por los Montes de Villamayor, nunca se estanca. Y como él hay otros tantos que ahora idolatramos por su ejemplaridad.  

 

- Ahora que has hablado de miedos... Lo de salir de casa la primera vez a recorrer nuevos caminos, hacia lo desconocido... buff, no sé...

- Me lo pones fácil. Observa aquel pajarillo, seguro que él también creía que su nido lo era todo hasta que abrió las alas, voló y descubrió inimaginables nuevos mundos. No tengas miedo a saltar del nido, peor es quedarse toda la vida enjaulado. Eres testigo de cómo cada semana nuevos jinetes han cabalgado con la hueste por primera vez. Arropados y al amparo del resto ahuyentaron sus temores galopando hacia Rodén Viejo, Toro de la Muela, o parque de Muel. Habla con ellos y seguro que disipas los tuyos.

 

- ¿Y si fallo o no estoy a su altura?

- Y seguro que te pasará, y en más de una ocasión. Pero... ¿Acaso has visto algún árbol perfecto, recto y erguido? Todos están torcidos y tienen ramas rotas como cicatrices tenemos los que ya hemos vivido lo nuestro. Pero cuando falles no pongas excusas y sigue luchando por tu sueño, como el árbol al que se le rompe una rama y no por ello se paraliza sino que sigue creciendo en su empeño de acariciar las nubes. Además... ¿Quién no ha tenido un mal día, ha pasado mala noche antes de cabalgar, ha tenido problemas con las herraduras de su corcel, no ha comido o bebido como debiera, o ha tocado suelo por desmontar de forma poco ortodoxa?

 

- Seguro que nada es tan fácil como lo cuentas

- Por supuesto que no, pero vuelve a mirar al río y aprende de él. Un día se cansó de tropezar con las piedras hasta que comprendió que si estaban allí era para que pudiera fluir por encima de ellas y desde entonces no pierde su tiempo en cada una que se le aparece sino que las abraza con ternura y las pule. Si aun así le impide el paso abre un nuevo camino y se aleja. Con los problemas que surjan en el tuyo no veas piedras sino puentes. En cualquier ruta, ya sea por los montes de Peñaflor como siguiendo el cauce del Jalón, pueden surgir piedras que entorpezcan la marcha, pero no por ello nuestros jinetes se han rendido, ni lo harán.

 

- Da gusto ver como salen a galopar juntos y como siempre vuelven así.

- Claro, son como las nutrias que habitan en el cauce del río. Cuando duermen se toman de la mano para que la corriente del agua no las separe. Así se aseguran que van a estar siempre en compañía. Ellos hacen igual, cabalgando en vanguardia o más rezagados nunca lo hacen solos.

 

- Pero durante la ruta no rivalizan entre ellos?

- ¿Tú crees que las flores compiten unas con otras? ¿No, verdad? Lo que hacen es esparcir y compartir sus propios aromas y fragancias para sumar en beneficio de todo el prado. Pues ellos hacen algo similar, sumar, sumar y sumar, aportando cada uno su propio perfume y esencia en favor de toda la hueste.

 

- ¿Y si alguno se siente fuerte y decide espolear a su alazán y marchar por delante?

- Alza la vista y observa aquella imponente águila entre las nubes. Ella no puede estar pendiente de si a los demás animales les gusta o no su vuelo. Si ha nacido para ser águila tiene que abrir sus celestiales alas y volar. No esperes verla feliz encerrada en una jaula. Pero sí te puedo asegurar que no se alejará mucho del nido y ante cualquier adversidad acudirá a él con premura. Y es más, aún sintiéndose poderosa no siempre mueve sus alas, también se deja llevar por el viento al igual que nuestros jinetes mas fornidos también cabalgan a menudo protegiendo al resto y no siempre a galope tendido hacia el lejano horizonte.

 

 - Es reconfortante verla volar así de libre y tan afortunada por ello...

- Sí, y volvemos al principio de nuestra conversación. Ahora la ves reinando como señora y ama del cielo pero no olvides que primero fue un polluelo que rompió el huevo y no dudó en saltar del nido, como en su día lo harás tú. Llegado ese momento también te sentirás dichoso y agraciado de compartir aventuras y desventuras con el resto de los guerreros de la tribu.

 

- Si fuera todo tan perfecto como lo pintas, sin conflictos ni desacuerdos...

- Y quien dice que no los hay, claro que sí. A lo largo de los tiempos han surgido discordias y desavenencias de toda índole, pero entonces es cuando hay que ponerse en el lugar de los caballos que montan. ¿Tú crees que si estos se enojaran con cada mosca que se acercara a molestarlos tendrían tiempo para cabalgar libres y salvajes por la tierra? Pues eso, solo hay que darle importancia a lo que realmente la tiene.

 

- Pero... ¿Si se da el caso en que el enfado va a más y de la confusión se llega a la desunión?

- Pues no sería ni la primera ni la última ocasión que esto sucedería. Entonces es cuando hay que emular a los arboles como los que tienes frente a ti. Estos, durante el crudo invierno sueltan las hojas sin aferrarse a ellas pues saben a ciencia cierta que una vez separadas de la rama ya no pueden regresar y aún así no tienen miedo a empezar de nuevo, sin enojarse con la tormenta que se las arrebató.

 

- Ya, pero las tormentas no benefician a nadie ¿verdad?

- Probablemente no aunque, tú que ya has vivido algunas, habrás comprobado como también de las nubes más negras nacen gotas de agua puras y cristalinas y si te fijas en el cielo en una noche cerrada verás como las estrellas brillan más cuanta más negrura las envuelve.

 

- Entonces para manejar con orden una tropa de guerreros como la nuestra hará falta un cabecilla con dientes afilados como los del lobo y el porte de un oso de las montañas ¿no?

- Raro se me hace que hagas esta pregunta pues bien conoces a nuestro adalid y guía. ¿Te parece que posee la envergadura y fortaleza de, por ejemplo, aquel que como cuenta la leyenda hizo llorar a una piedra al caer sentado sobre ella? ¿No, verdad? Pero, por el contrario, si que maneja con maestría otras armas y excelencias que suplen a esas con creces: la complicidad, confianza, el respeto y algunas más.

 

- ¿Tan importantes son esas virtudes?

- Esenciales diría yo, pues si fallas en una corres el riesgo de perder el resto y con ellas el carisma e incluso la lealtad de la milicia que hasta entonces se había mostrado fiel, adepta e incondicional.

Por eso nunca olvides que realmente grande es aquel que para brillar no necesita apagar la luz de los demás mientras que el frágil es aquel que necesita mostrarse continuamente en primera fila para creerse y hacer creer lo que ciertamente no es, aunque para ello tenga que pisotear las huellas y los caminos de los demás.  

 

- Y ahora que empieza a anochecer es hora de volver al calor del hogar, a nuestra ciudad, a la íbera Salduie, a este asentamiento centenario en el que ahora confrontan las nuevas doctrinas arribadas de tierras lejanas con las enseñanzas y el magisterio que nos brinda desinteresadamente y día a día la Madre Naturaleza. Espero que te hayas impregnado de ellas y al menos te haya hecho reflexionar. Con eso me doy por satisfecho. ¿Vamos?


- Vamos!!!

 

 

PD. Este texto rinde homenaje a quien un día decidió romper con todo lo que había sido su vida para retirarse en el corazón de las montañas de México junto a los indígenas Wirrarikas, en comunión con el silencio y la naturaleza y donde encontró gracias a ella la pasión de su existencia: la poesía.

 

Está escrito sin ánimo de señalar ni ofender a nadie, pero si aún así alguien lo lee con ojos nublados o pájaros negros en la cabeza y llega a sentirse de esa manera, desde aquí y públicamente le pido disculpas.

 

AU I ADEU

 


martes, 16 de agosto de 2022

13·08·2022

46. Cuando el cabrito amaneció con el día cruzado.

A la atención del Maestro Pascual, a quien corresponda, a quien le interese y a quien no tenga nada mejor que hacer y decida perder algo de su preciado tiempo en leer el siguiente informe:

Ante su anunciada ausencia y merecido descanso me he visto en la obligación, después de muchas semanas y por los motivos que no vienen al caso y que solo los más allegados conocen, de desplegar de nuevo los papiros, destapar el tintero y humedecer la pluma para detallar con todo lujo de detalles lo acontecido en la ruta del pasado sábado.

Ante todo comunicarle que, al igual de no contar con su presencia, tampoco disfrutamos de la compañía de otros ilustres compañeros que en estas fechas estivales andan plasmando su impronta y dejando huella por variopintos paraderos: alguno preparando caceroladas por tierras sorianas, otros buscando temperaturas más frescas por el norte y por Pirineos, otros poniéndose a remojo por la costa mediterránea o armándose de valor para recorrer tierras andaluzas e incluso los más osados visitando países como Bulgaria. Aún con todo once valientes decidieron plantar cara al termómetro, a la ruta prevista y a esa emboscada “algo durilla” sobre la que ya nos habían alertado los “niños” del grupo.

Como bien apostilló Joaquín: cuando alguien amanece con el día cruzado todos los posibles infortunios se ceban con él. Tales palabras se le quedaron grabadas a fuego al Choto Fer, quien para empezar la jornada con mal pie volvió a certificar una vez más su indefendible y pésima costumbre de llegar tarde al punto de la quedada a pesar de batir su propio récord desde la Veterinaria hasta La Fuente de La Junquera (18 minutos!!!), eso sí, extenuado, sin aire y con el desayuno en los tobillos. El caso es que se promete a sí mismo cambiar, se conciencia de ello, pone todo su empeño pero al final... ... ná de ná.

El que no se consuela es porque no quiere y por ello esbozó una pícara sonrisa de complicidad al comprobar que tras él aún faltaba por llegar el compañero de Jorge. A partir de ahí, junto a los que habían quedado a la espera, y sin haber recuperado el aliento del todo, empezó la primera de las contrarreloj del día para alcanzar a los que habían iniciado la ruta en modo “verano azul”. No habían sobrepasado Cuarte cuando al fin el grupo se fundió en una piña, como uno solo, como lo que somos, como bien lo sabe usted.

La tranquilidad y la armonía parecían haberse adueñado del ambiente e incluso rodaban bajo un manto grisáceo que impedía a Helios, Dios griego del sol, que desde su carro arrojara sobre ellos todo el poder de su fuego abrasador, de igual forma como los venía torturando en las semanas anteriores.

Poco dura la alegría en casa del pobre y a escasos centenares de metros de las afueras de María de Huerva la ruleta del infortunio volvió a rodar agraciando al Choto con el extraordinario premio sin parangón de un soberbio pinchazo en su rueda trasera. Sí, de nuevo le tocó. Ni entre cuatro hacían medio para apañar el desaguisado y meter debidamente la mecha con la que solventar el estropicio hasta que comprendieron que igual las instrucciones están para leerlas. Dicho y hecho, rueda remendada y a rodar.

Más que a rodar, a volar. Segunda contrarreloj para alcanzar de nuevo a la mitad de compañeros que iban por delante: 14 km. a casi 20 km/h. de media para recuperar el tiempo perdido. Ni rastro de ellos por Mozota y tan sólo una vez sobrepasado Muel divisaron en la lejanía las casacas tricolores del club y el resto de variopintos maillots. En cabeza, ejerciendo de líder y marcando el ritmo, era Luis C. quien los llevaba a rueda y en perfecto orden en una posición inusual en él pues como todos saben su sitio natural es en la cola del pelotón, sabedor de la importancia que tiene el penúltimo, protegiendo al resto y preparando ese hachazo que nunca llega.

Al igual que el mercurio se fundieron en una sola gota justo cuando en el horizonte se divisaba la trampa del día: un rampón que ya desde la distancia dolía a la vista. Un km a una pendiente media del 10%. No quedaba otra que enfundarse el mono de trabajo, regular el esfuerzo y cada uno, como si de un salón de baile se tratara, ampararse al paso y a la danza que más cómoda le resultara. 

En los primeros metros el Choto se afanó en aplicar fielmente la Ley del Mandril y acompañó, en un gesto aparentemente solidario, a quien más parecía sufrir cuando en realidad lo que pretendía era ocultar su propio sufrimiento. Llevaba a fuego y sin casi respiro desde la salida de su casa hasta las faldas de la cuesta y eso le empezaba a pasar factura. Aún así y echando el resto consiguió, como la mayoría, coronar la cumbre sin bajarse de la bici y con la dignidad que tanto promulga usted. 

Tengo que comentarle la inaudita, misteriosa e incomprensible ascensión en tres fases que perpetró Luis C. pues comenzó pedaleando, continuó pie a tierra y culminó la escalada... ... sin bicicleta!!!!! Ya le daré más detalles cuando consigan desvelar el enigmático secreto en Cuarto Milenio.

Una vez arriba y reagrupados de nuevo dedicaron el tiempo justo para comichear algo, bajar pulsaciones, oxigenar los pulmones y sin más dilación reiniciar la marcha por las planas de la Muela sin tan siquiera una mínima pausa para  la tradicional foto de grupo. Implorando a su reconocida benevolencia y comprensión le ruego clemencia ante semejante afrenta pues prometieron que tal agravio no se volvería a repetir.

Al choto, vacío por completo, sin energía, ni combustible ni agua y tragando todo el polvo habido y por haber el recorrido por los molinos le resultó engorroso y peliagudo (por utilizar términos sutiles y poco malsonantes como jodido, de mierd.....y alguno más). Por fortuna rodó bien custodiado por fieles guardaespaldas que, como Kevin Costner, Clint Eastwood y otros similares en otras tantas películas, permanecían atentos a todos sus movimientos y a cuanto le rodeaba.

Decidieron desviarse del track, hecho que como bien sabe usted es muy muy pero que muy poco corriente y usual en este grupo, para detenerse en la gasolinera, descansar unos minutos y agenciarse unas botellas de agua bien fría que, como mano de Santo o como el maná que Dios envió a los israelitas para socorrerlos mientras atravesaban el desierto según el Libro del Éxodo del Antiguo Testamento, lograron resucitar a los más malogrados hasta entonces y dejar a la altura del betún a Leonardo Di Caprio en "El Renacido". 

Con las fuerzas recuperadas y el vertiginoso descenso desde la Muela hasta el Club de golf La Peñaza y el polígono industrial de Plaza en un visto y no visto estaban aparcando las bicicletas en la terraza del bar donde se vieron en la obligación de doblar la dosis de jarras... ... y sin patatas bravas!!! Otra mancha en el historial del grupo. Bien es cierto que por gentileza del bar cada ronda de cervezas venía acompañada de unos platitos con patatas de bolsa y aceitunas. Al César lo que es del César... ... y las jarras a precio asumible, como ha de ser.

Hasta aquí le puedo contar Maestro Pascual. 

Y para que conste, firmo y sello este informe en Zaragoza a 15/08/2022


(Por cierto, ya le adelanto que hay una gran persona que ha mostrado su interés en volver a rodar con nosotros y al que seguro recibiremos con los brazos abiertos pues pocos corazones desprenden tanta bondad y simpatía como el suyo. Por la Ley de Protección de Datos y hasta que lo confirme o lo autorice el interesado no daré más referencias si no es en presencia de mi abogado).


martes, 7 de junio de 2022

04·06·2022

45. Aniversario Alazanes.

"Celebra tu vida día a día: el pájaro carece de relojes y calendarios
y aún así celebra su vida a diario, con sus vuelos y sus cantos"

A punto de finalizar el evento uno de los dos homenajeados del día (que por discreción mantengo su nombre en el anonimato... ... pero no fue Pascual) me sugirió que escribiera algo pero que no fuera muy sentimental o sensiblero. Resulta harto difícil por el cariz del acontecimiento, se puede intentar aunque no prometo nada.

¿Por qué Alazanes? Quizás porque el caballo era el inseparable compañero de esos Caballeros tan protagonistas en los relatos donde trasladaba nuestras rutas a un imaginario mundo medieval. Quizás también porque compartimos ciertas peculiaridades con ellos: tesón, energía, nobleza, predisposición, inteligencia (¿?...buff, no sé...), comportamiento equilibrado, amigable y de confianza mutua, entre otras muchas. También ayudó en la elección la típica tonalidad rojiza de esta raza equina que unido a la posibilidad de combinar crines y colas blancas coincidían con los colores de BttZaragoza C.C.

Padecimos un peliagudo tris en nuestros orígenes y en las primeras salidas vespertinas de los jueves donde la maza de la realidad e incertidumbre casi nos golpea de lleno para dejarnos marcados de por vida cuando, para hacer mella en nuestro afligido desConsuelo, una cabecilla pensante de los Rider´s nos rebautizó como Percherones. Por fortuna y con el paso del tiempo dicho apodo quedó adjudicado en propiedad solo para mí, librando así de tal graciosa cruz al resto de compañeros.

El pasado, pasado está y de él solo cabe recordar los momentos dichosos y afortunados, que los hubo y en abundancia. Nada más, ni un segundo perdido en lo que no suma. Cierto es que la gestación fue enrevesada, el embarazo espinoso y el parto doloroso para todos, pero no es menos cierto que con los primeros trotes del potrillo recién nacido por los caminos lindantes a nuestra villa todos esos males se disiparon con el polvo del camino floreciendo todo aquello que nos une: camaradería, compañerismo, jarana, esparcimiento y diversión, así como risas, regocijo y alborozo, porque si algo tenemos claro es que “Un día sin una sonrisa es un día perdido”.

Acogidos con los brazos abiertos y felizmente integrados como un grupo más en el Club, (uno más, ni más ni menos que el resto, ni mejores ni peores) participamos, organizamos y colaboramos en rutas conjuntas, excursiones, almuerzos y demás eventos. Por todo ello aprovechamos estas líneas para agradecer de corazón la complicidad y el caluroso cobijo que nos ofrecieron todos los compañeros de esta gran familia.

Y por fin llegó el gran día. Alazanes cumplía su primer año de vida, año de cabalgadas, de rutas, de tracks variopintos e incluso algunos imposibles, de frío, nieblas, lluvia, calor y cierzo, mucho cierzo (curioso por estas tierras, ¿no?), de bailes y canciones, de tertulias en las terrazas, de brindis jarra en mano, de nuevos proyectos y desafíos, de renovadas ilusiones y sueños anhelados.

Hubo que posponer la fecha prevista inicialmente para no coincidir con el acto de primeros de Mayo organizado por la Junta con foto grupal y almuerzo incluido. Y aquí tengo que confesar una verdad a medias o una mentirijilla piadosa y sin maldad: tener que posponer nuestra fiesta de aniversario fue un auténtico alivio pues el regalo encargado para Pascual se hacía de rogar y tardó en estar preparado más tiempo de lo deseado. Al tratarse de una sorpresa había que buscar excusas creíbles, aunque poco sinceras, para retrasar la celebración. Así que si alguien el sábado notó que mi apéndice nasal había aumentado ya sabe el porqué.

El lugar elegido, un acierto: Restaurante “Mi Familia” en Monzalbarba, o Almorzarbarba como en su día y en una de nuestras afamadas rutas gastronómicas lo renombró nuestro querido cowboy particular. Comedor cerrado exclusivo para nosotros, bicis dentro y a buen recaudo, trato amable y exquisito, preparación y reparto de las viandas y bebidas con soltura, presteza y diligencia, platos bien colmados de huevos, patatas panaderas y suculenta dosis de grasas porcinas. Todo ello montado cómodamente en tres mesas de diez comensales por cada una que hacen un total de... ... No hay que ser de ciencias puras para acertar la cifra total de asistentes, pero a mí me faltan dedos. Será que más bien soy de letras.

La mayoría acudió a lomos de su fiel montura siguiendo la ruta propuesta por el Jefe, con alguna variante para evitar el barrizal surgido por la tormenta del día anterior. Nada que nos sorprenda, pues de no haber sido por tal motivo ya habrían buscado otro. Porque los tracks están para joderlos como y cuando a uno le dé la gana, ¿verdad Pascual?.¿O acaso aún queda algún ingenuo que desconozca o no haya sufrido en sus carnes el clásico “poyaque” de Paco?.Si es así, dale tiempo y que Dios te pille confesado. Curioso que a pesar de modificar el trayecto alguno igualmente llegó al bar con unas generosas muestras de barro adheridas como lapas al cuadro y ruedas. ¡¡¡En Junio!!! pá habernos matao.

Un par de nosotros, los convalecientes del paso por quirófano, no tuvimos esa suerte pero aún así, y gracias a la solidaridad de Enrique, en un nuevo alarde del compañerismo que rezuma de sus poros, montamos lo que se llamó la caravana de movilidad reducida. Como pago le obsequiamos con una lección magistral de hernias, grapas, infecciones, testículos inflamados y demás. No se puede quejar. Por supuesto no fue el único que se prestó voluntario a llevarnos, mil gracias igualmente a todos ellos. Lo teníamos claro, no nos lo podíamos perder a pesar de las dolencias e incluso de algunas complicaciones del post-operatorio. Al mal tiempo, buena cara que junto a las contagiosas y recíprocas sonrisas y el trato cariñoso recibido harían el resto para que el día fuera inolvidable para nosotros... ... y por supuesto para tod@s.

No hay mejor forma de acompañar el café que con unos dulces, por lo que aprovechando que unas semanas antes había sido mi cumpleaños repartimos unas cajas de hojaldres de Astorga con chocolate... ... ¿bajos en calorías y sin azúcares añadidos?, diremos que sí para auto-engañarnos pero me temo que poco tenían de dietéticos. Instante que se aprovechó para elevar el volumen de las notas musicales y canturrear el tradicional “cumpleaños feliz”. Una vez más, mil gracias a tod@s, os llevo en el cuore.

Sin duda el momento más emotivo del evento fue la entrega de los obsequios a Pascual y Paco. Todo lo que se diga de ellos es poco. Podría desempolvar la extensa lista de adjetivos, buscar y plasmar cuantos merecen y aún así haría corto. Creo que no hace falta, saben a ciencia cierta lo que pensamos y sentimos por ellos. Por una vez, sobran las palabras. Simplemente y en nombre de todos: GRACIAS.

A pagar, a pagar!!! Hasta eso salió a la perfección, cuentas claras y todos contentos. A más de uno le sorprendió que el precio final fuera casi la mitad de lo que acordamos. No contaban con que a la cuenta del bar y al importe de los regalos le descontaríamos el bote acumulado durante todo este primer año de vida: 163,50 aurelios. Y eso que el administrador del cofre del tesoro era ni más ni menos que un valenciano de pro, de los que la fama los tilda de amar hasta la eternidad y sin complejos el dinero negro y los sobres de dudosa procedencia. Quizás los años que ya lleva por tierras mañas lo han reconducido por el buen camino.

Como bramaba aquel famoso Super Ratón en los dibujos animados de los años 80, cuando algunos de nosotros lucíamos melenas al viento: ¡¡¡No se vayan todavía, aún hay más!!! Y hubo tiempo para más, como no. Que hubiera sido de esta celebración sin un Tik Tok. Bajo la batuta de Miguelón, acompañado de sus inseparables coreógrafos de todo el año, María Luz y Pascual y con participación de bailarines habituales y otros no tanto, y que sorprendieron gratamente al resto de espectadores, sacaron adelante con suma dignidad y soberbia nota la propuesta del día. Tan solo unos ensayos previos, unidos al gracejo natural y a la armonía natural innata de los danzarines, fueron más que suficientes para culminar, como la deliciosa guinda del pastel, una mañana extraordinaria que perdurará en la memoria de todos por mucho tiempo. Y habrá más como ésta, seguro que sí.

"Porque seguirán los Alazanes sumando andanzas, aventuras y desventuras para ampliar su historia y legado, dejando tras de sí una estela de divertimento y fraternidad mientras forjan su leyenda luciendo por los caminos sus túnicas tricolor, ondean con orgullo el estandarte de BttZaragoza C.C. y el eco de su inconfundible brindis resuena por todas las tabernas y rincones de la Villa:

Volvemos de una pieza, con dignidad y entereza,
Bici sin cerveza, no me entra en la cabeza”.

Lo siento, ya me perdonará ese segundo homenajeado del día (del que sigo manteniendo en el anonimato su nombre... ... y repito, no es Pascual). Conociéndome estaba claro que no iba a dejar pasar la oportunidad de escribir una de mis parrafadas moñas, moñas, moñas. Lo intenté, de verdad.

Por mi parte, cierro el tintero, guardo la pluma, archivo el pergamino y abro la ventana para que entre aire fresco. Valiente y osado el que haya soportado semejante ladrillo sin medicarse.

Por vosotr@s, por tod@s, por siempre... ... alé, alé!!!

Hasta pronto.


miércoles, 11 de mayo de 2022

08·05·2022

44. Evento BttZaragoza C.C.

Cuando todos los caminos se funden en uno.

 Hace una semana escribí un comentario en la ruta de Alazanes que hoy considero igual de válido y extensible a lo vivido y disfrutado este domingo. Apuntaba así:

 "Enorgullece formar parte de un Club de gran solera y arraigo, fértil y boyante en virtudes, historia y prestigio, sentirse reconocido por ello, palparlo en las quedadas y en el ambiente que las arropa como la densa niebla invernal, notar que la complicidad es recíproca, que la cordialidad y el compañerismo envuelve la piña tricolor, que las cuantiosas, sinceras y mutuas sonrisas son el mejor regalo y el pegamento más hercúleo, y que a veces con un breve saludo, una mirada limpia y una sencilla mueca al cruzarse en el camino es más que suficiente para el buen entendedor."

 Porque por un día todos los caminos no llevaron a Roma, por un día su destino fue Cuarte de Huerva. Y hasta allí llegaron desde diferentes afluentes y dispuestos a colmar el embalse de La Fraternidad los variopintos grupos que forman este Club. Unos como los carreteros Team desde Alfamén y Cariñena, otros rodando por la ruta de Principiantes propuesta por Paco, eso sí, auténtica de Principiantes Principiantes… … (ahí os la dejo botando). Hubo quienes se escabulleron como pícaras comadrejas y acortaron la ruta con alevosía y determinación e incluso también quienes aparecieron de la nada como los espectros fantasmales de las casas encantadas.

Fuera como fuere, el improvisado corral para las monturas se fue llenando sin tregua ni pausa con un incesante goteo de máquinas, una a una, quedando éstas bien amarradas y seguras al compartir solidariamente sirgas de cable, cerrojos y candados y que una vez entrelazadas formaron una formidable, inaudita y multicolor escultura metálica vanguardista.

 COMPARTIR. Quizás esta palabra sea una de las más indicadas para reflejar lo que fue el alma del evento.

Compartir abrazos, sonrisas, palabras, recuerdos y vivencias.

Compartir saludos entre ilustres veteranos que no coincidían en mucho tiempo, entre compañeros que de cuando en cuando organizamos rutas conjuntas e incluso entre algunos con los que era la primera vez en la que se cruzaban nuestras miradas.

Compartir el aplaudible mérito de aquellos que por diferentes motivos no se quedaron al almuerzo pero que aún así rodaron hasta Cuarte, o el de los que acudieron únicamente para la foto porque por nada querían perderse el momento de posar junto a sus compañeros de andanzas, aventuras y desventuras.

Compartir la invasión organizada de la grada para plasmar el retrato de familia con los colores rojo, blanco y negro de los maillots y con las casacas doradas de los trialeros.

Compartir prendas con aquellos a los que la nueva uniformidad no les había llegado a tiempo pues como contaron las malas lenguas éstas todavía andaban por la ruta de la seda de Oriente o rememorando los viajes de Marco Polo.

Compartir ese doloroso impasse de tiempo con los que la genética, la glotonería y otros excesos gastronómicos nos ha jugado una mala pasada y lejos de poder presumir de unos abdominales tipo tableta de chocolate lucimos con orgullo un prominente melón y por lo cual nos vimos obligados a contener la respiración y contraer la panza mientras duraba el reportaje fotográfico a la vez que manteníamos con dignidad el hilo de aliento justo para compartir los tradicionales cánticos, gritos y brindis tan aplaudidos y afamados en ciertas terrazas de bares bien conocidas por todos.

Y como guinda al pastel del hermanamiento, compartir aposentados en corrillos de cuatro, como tiernos churumbeles de colegio, tertulias, chácharas y parloteos mientras arribaba el ansiado momento de recibir las reconstituyentes viandas encargadas, sabedores, eso sí, de lo complicado que resultaba atender a tantos comensales. Paciencia y comprensión, antes o después, todo llega.

 Como la mayoría no podemos alardear de tener morro exquisito ni paladar fino, somos facilones de contentar y nos conformamos con un sencillo plato de dos voluminosos... (con perdón)... huevos, acompañados de virutas de fécula y una ligera muestra de sabroso producto porcino más que nada por darle algo de color al cuenco. Nada de gula, Dios nos libre.

No hace falta comentar que, como deportistas “pro” tal y como estamos catalogados, somos conscientes de lo fundamental que es la hidratación para un óptimo rendimiento físico por lo que, para evitar que la energía aeróbica de los músculos disminuyera, dimos buena cuenta de jarras de cerveza, refrescos e incluso cuenta la leyenda que hubo quien osó beber agua.

 Tras los pertinentes cafés y algo más de tiempo para coloquios, chistes, bromas y demás, llegó la hora de partir y como las margaritas en otoño nos fuimos deshojando por el camino para que cada pétalo volara a su jardín empujado por una suave brisa y bajo un clemente sol que ya parecía anunciar, por fin, la llegada de la anhelada primavera.

 FELICITAR y AGRADECER a los padres de la idea, a los organizadores y voluntarios que cuidaron hasta el más mínimo detalle y a tod@s los participantes por aportar y compartir su granito de arena para que este Día del Club se celebrara como se merecía, como una maravillosa fiesta que permanecerá en la memoria por mucho tiempo como el día en el que, por una vez, todos los caminos no llevaron a Roma.

 “Todo lo que ilumina

debe permanecer ardiendo

y las sonrisas floreciendo

de entre sus brasas vivas”