jueves, 3 de junio de 2021

 

29·05·2021

22. Mañana estaré triste, hoy no.

El 28 de Mayo de 722 tuvo lugar la Batalla de Covadonga en un paraje próximo a Cangas de Onís, uno de los accesos a los Picos de Europa en la Cordillera Cantábrica más impresionantes y bellos. Una cruenta escaramuza que enfrentó a las tropas musulmanas y a las del levantamiento astur-godo encabezado por Pelayo. Para unos supone el nacimiento del Reino de Asturias y la primera derrota del Islam en Hispania mientras que para algún cronista musulmán tan solo fue una retirada de la montañas astures pues allí no había más que treinta asnos salvajes que poco daño podían causarles.

Mito o realidad, historia o leyenda nuestros alazanes decidieron en esta jornada tan próxima al aniversario de la batalla rendir homenaje a los bravos batalladores que defendieron su tierra con coraje y honor.

Para ello el Mariscal de Campo Gocha, haciendo uso de sus consabidas dotes y aptitudes en cartografía militar, acondicionó una ruta exigente desde sus inicios en el Campo de tiro donde arqueros y ballesteros entrenaban con persistencia su puntería. A partir de ese punto de partida planificó la correría para cabalgar por el camino de la Estepa, el de Valdelareina, zona de Valdepino, pista de Torrecilla a Mediana, vértice geodésico Pedregosa, barranco de Valdevarés, Parque eólico Arias y vuelta a la Villa por el Canal. 

La tropa reclutada en esta ocasión era menor que en otras correrías por causas dispares pero a su vez justificadas y disculpables:

Los caballeros  Miguel Lion y Pac O´Ines, quienes con la licencia y autorización pertinente se desplazaron a las costas mediterráneas a explorar nuevos territorios y a disfrutar de una merecida tregua y descanso a orilla del mar, sobre la arena de la playa y bajo el amparo del rey Sol.

El Maestro Pascual, quien recibió del druida venido de una indomable aldea de la Galia cuyo morador más famoso era un tal Asterix, una dosis de su célebre poción mágica. Tal fue su inquietud y temor hacia el poder del brebaje que con buen tino optó por permanecer en su choza y no humillar en la ruta al resto de jinetes.

El indomable Javier M´Oskitt, a quien los trabajos forzosos a los que fue sometido como condena, de vete tú a saber que delito había cometido, le pasaron factura. De que magnitud sería la pena y el castigo así como la tortura y el suplicio infligido que fue capaz de privar a este travieso rebelde de su pasión por galopar sin cadenas por nuestros montes.

El hombre sin frío Louis Jim Eno, quien ante amenazas externas tuvo la necesidad de viajar hacia su añorada tierra soriana para fortalecer las murallas de su castillo, reforzar sus defensas y robustecer pilares y bóvedas. Seguro que no volvería de vacío, pues ante algún homenaje gastronómico seguro que se vería obligado a lidiar con su reconocido y popular esfuerzo y tesón.

El fiel escudero Daniel Guss, todavía mermado con la mano embutida en el guantelete de yeso y con la desesperación de tener en el establo a su rocín y no poder montarlo. Por contra la cara del animal era de alivio, bienestar e incluso descaro al ser consciente de que en un tiempo se libraría de soportar el sobrepeso del otro animalito. Aún así, y como bravo guerrero que es, se las ingenió para poder trotar con un potro más dócil y doméstico en el picadero de su rancho y de esta guisa mantener firmes y consistentes los glúteos y un tono físico al menos aceptable.
  
Hubo más ausencias igualmente comprensibles y que estuvieron en el pensamiento de la tropa, los cuales pueden estar tranquilos pues seguro que en próximos relatos verán reflejadas sus hazañas y aventuras. 

Trotando hacia el punto de quedada al Mariscal Gocha y al hidalgo Fer (ojo, que suenen las campanas porque por esta vez, y que sirva de precedente, sí fue puntual) se les unió el ilustre paladín y gran valedor de la causa David Al•Lado montando a su inseparable corcel Pegasus, el primer caballo que según la mitología griega llegó a convivir entre los dioses y al que Zeus nombró portador del rayo y del trueno.

De verdadero placer y regocijo les resultó la parada para saludar al genuino Sir Arthur King. Que más se puede comentar sobre él que no se haya dicho ya: puro, natural, auténtico... y sobretodo admirado y respetado por toda la Hueste de BttZaragoza.

Ya reunidos y a toque de corneta  iniciaron la partida con Lord Daniele comandando el séquito. El jinete de las mil batallas, el que tenía engañado al resto con su edad o el que selló un pacto de juventud eterna con dioses o tal vez con demonios porque su férreo galopar sobrepasaba lo meramente humano y terrenal.

Junto a él repetía cabalgada el letrado educador Luisja Vier quien aparcaba sus funciones académicas con las que culturizar a los infantes de la villa para, coleta albina al viento, enfrascarse en las lides y andanzas de los alazanes.

Sería imperdonable no mencionar al caballero inglés Lord Eduard Catalí. ¡¡¡Ayyyy Eduard, Eduard, Eduard!!! Camino del punto geodésico Pedregosa sufrió un percance con una de las herraduras de su caballo, la cual requería ser sustituida. Hasta ahí bien, a cualquiera le podía pasar. Pero cuando a las preguntas de: Tenazas? pujavante? escofina? ramplones? herradura de repuesto?... recibían la negativa por respuesta los semblantes se tornaban pálidos y acongojados y solo recobraban la sonrisa cuando el propio caballero inglés sembraba entre todos su peculiar humor británico. Por fortuna y con una buena dosis de maña y otra tanta de fuerza el Mariscal pudo solventar el infortunio y ya superada la angustia del mal trago reanudaron la correría.

Tampoco les vino mal semejante parón pues con ello y por decisión consensuada se libraron de la ascensión más penosa y exigente. Dieron buena cuenta de las viandas para posteriormente cumplir con el preceptivo posado grupal. El legendario berserker vikingo Mamolar se afanó durante la semana en tocar el piano, el arpa y el laúd con el honorable empeño de afilar sus rollizos dedos y así solventar el desliz de la ruta anterior. Y vaya que si lo consiguió pues la imagen en el lienzo quedó en esta ocasión perfectamente estampada.  

Camino de vuelta se dieron de bruces con un personaje totalmente desnudo, salido de la nada y caminando por el monte. Podía ser una víctima de bandoleros al que hubieran asaltado, un apasionado amante del sol o simplemente un provocador. Al no recibir ninguna petición de auxilio optaron por descartar el atraco así que aplicaron una de las leyes plasmadas en el manuscrito de su código de caballería: la estupidez y la provocación se batallan con la ignorancia y la indiferencia, por lo que pasaron de largo dejando al susodicho que aireara sus vergüenzas con libertad y alegría... o pena, porque lucir semejante cuerpo escombro cubriéndose el apéndice varonil tan solo con un retal más diminuto que el pañuelo de una dama de la nobleza no es para alardear ni presumir de figura escultural.

Ya por fin arribaron a la taberna del cantinero de cuna oriental. Lord Enrique, al que sus evidentes y más que constatadas fuerzas esta jornada le jugaron una mala pasada, recobró de forma casi milagrosa el aliento y su habitual y risueño semblante tan solo con la imagen de la jarra helada frente a él. Contra ese espumoso enemigo todos se envalentonaban por igual. Brindis, saludo al guerrillero Jorgini renqueante de una lesión y bien acompañado, despedida y cada cual a su choza.

Una más y seguían sumando.

“Mañana estaré triste, mañana.
Hoy no, hoy estoy alegre
y todos los días por más amargos que sean,
yo digo:
Mañana estaré triste, hoy no.”

(Poema encontrado en una pared del dormitorio de los niños del campo de Auschwitz)  


1 comentario:

  1. Hidalgo Fer, estas crónicas de los Caballeros Alazanes de BttZaragoza, van a marcar una época en BttZaragoza y alrededores. Felicidades Hidalgo Fer.

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