jueves, 12 de agosto de 2021

 

07·08·2021

27. Subida a la Muela por los pinos

Diario de una bicicleta.

Según mis cuentas es el sexto amanecer que suena el despertador, lo cual quiere decir que hoy toca rodar con mis compañeras. Eterna se hace la espera en este cuchitril donde el malasombra de mi compinche me tiene encerrada. Eso sí, no hay día que no entre a contemplarme, acariciarme el sillín y tocarme las ruedas. ¿Ese apretoncito es necesidad , vicio o simplemente una muestra de cariño? Y todo eso mientras me habla. Sí ¡¡me habla!! y se queda alelado como esperando mi contestación: Scotty esto, Scotty lo otro. A partir de ahora yo le llamaré Ferni a ver como le sienta.

El desayuno parece de los largos, con tostada, café, frutos secos, manzana y yogurt. Eso quiere decir que hoy la ruta tiene miga. Y a mí me apaña tan solo con cincuenta céntimos de agua en el lavadero y lubricante de cera para la cadena. ¡¡Explotador!! Ahora procede a la solemne ceremonia de disfrazarse. A ver Ferni: por mucho que te mires al espejo la licra no engaña. Lo que se ve es lo que hay y aunque aguantes la respiración el Ferrero Rocher sigue ahí. Pero... sí, sí, espera que llega el momento cumbre con el que me parto el cuadro de risa: cubrirse la azotea con el pañuelo. ¿Te preocupa que los pelos del flequillo te caigan a los ojos o qué?. Ayyy, iluso calvorotas y melenudo nostálgico. 

Parece que salimos de casa. Tarde para no variar su lamentable rutina. A ver que excusa se inventa y suelta hoy por esa boquita envenenada. En la esquina me esperan ya mis nuevas compis: BikeCarlosF y BikeCarlosR y las tres nos dirigimos a buena marcha al punto de quedada: la Fuente de los Incrédulos. Hasta ahí ya tenemos siete kilómetros con la subida al cementerio de aperitivo. Para calentar dice Ferni ¡¡será mamón!! Como a él no le tensan la cadena ni le rascan el cambio bruscamente ... Todo para que el señorito vaya más cómodo y guarde fuerzas para luego.

Sin contratiempos y a buena hora llegamos al antiguo monolito de finales del siglo XVIII donde con las ya presentes y las que van arribando nos volvemos a reunir más de una docena de sufridoras betteras. Doce, trece, catorce... hasta quince logro contar. Entre ellas y con una alegría especial distingo a BikeCarmelo con la que creo que no coincidía desde los Miradores de Ordesa. Que gran ruta y que gran día aquél. Ahh y también veo que repite BikeOscar luciendo su inconfundible esmalte gualdo limonado. Bravo!!

Sin más dilación iniciamos la marcha por el Canal donde BikeDaniele y BikeJorgini toman un trayecto alternativo dirección Puente de Clavería para rodar más kilómetros y alcanzarnos en la subida a la Muela. Que poderío el de estas dos coleguis. No sé con que grasa secreta las lubrican pero ojito como van. A ver si te enteras Ferni y aprendes la lección. Al paso por Plaza contemplamos las obras que está realizando el gigante americano del comercio online y la distribución. Impresionante lo de estos humanos capaces de destruir y construir como, cuanto, cuando y donde se les antoje. De polígono a polígono pasamos por Centrovía y en esta ocasión sin mojarnos los bajos ni llenarnos de barro hasta los cojinetes de la caja del pedalier. Según comenta el señor al que todos llaman Pascual anduvo por allí unos días antes colocando unas piedras para facilitar el paso y evitar ese mal trago. Se agradece tanto miramiento por los demás aunque quizás también lo hizo por su propio bien al ser de los que más cerca del suelo están. No sé, ahí lo dejo.

Y por fin iniciamos la anhelada subida por los pinos. Para mi binomio Ferni es una que está en un sitio privilegiado de su lista de favoritas: tendidita, sin rampones, buen pavimento, con zonas de sombra, no muy larga... Lo que yo digo, un señorito comodón. Y para mayor satisfacción suya y de todos el tiempo acompañando sin el asfixiante calor que habían pronosticado. Nada puede salir mal, o sí. Ascendemos la primera parte tranquilamente, manillar con manillar, junto a BikeOscar y acompañando a BikePascual, quien ha arrancado más tarde que el resto porque su amo ha estado ejerciendo de fotógrafo oficial. Sin prisa pero sin pausa alcanzamos a un primer grupo. ¿Y ahora aprietas Ferni? ¿Con este ritmo no íbamos bien o qué? Claro como soy yo quien aguanta y arrastra tu sobrepeso con mis bielas y tengo que soportar tus posaderas sudadas sobre mi sillín ¿verdad? ¡¡Esclavista!! 

A la vista tenemos a BikeKiKe, lo alcanzamos y juntas coronamos para alivio de nuestros cambios, piñones y roldanas. Ahora toca esperar, reagrupar y proseguir la marcha. Lo peor ya ha pasado. Estamos todas menos BikeJavierN quien no habiéndose percatado y creyendo que la seguían ha continuado sin detenerse. Pero no hay mayor problema, ya salen a su búsqueda, caza y captura. Una parada más, la obligada para la foto de grupo. Que disposición más original y de bella factura han organizado esta vez. ¡¡Y con nosotras!! Pocas veces nos permiten un momento de gloria así. Ni para el baile ese que hacen y con el que tanto se ríen ensayando y haciendo probaturas. Mientras ellos lo pasan en grande a nosotras nos tienen tiradas por el suelo como vulgares colillas. 

Habrá que ir pensando en volver. Cuesta abajo y a todo tren, esto si es una gozada. Que sensación de libertad poder girar mis ruedas a esta velocidad y sin esfuerzo. Pero algo pasa delante mía: frenazos, derrapes y nos detenemos bruscamente sin estar previsto. ¿Que veo? Es mi fiel amiga BikeMamolar por los suelos y el casco color pajizo azafranado de Manolo emergiendo de entre la maleza. Que digo maleza, si de donde está intentando evadirse con la ayuda de los compañeros es de la acequia donde rodando, rodando ha ido a depositar su portentoso cuerpazo. Parece que nos han gafado y no hay ruta sin infortunio, bien por averías, bien por caídas. No hay consecuencias que lamentar y sin más, proseguimos. Supongo que falta el último pique de estos tontorrones de María a Cuarte. Así es, no me he equivocado. Vaya vicio han cogido de hacer una vertiginosa contrarreloj en este tramo con el sprint final en la subida de la entrada al pueblo.  

Ya en el carril bici nos anima la rodada una tal Rafaella Carrá y sus grandes éxitos que suenan desde mi prima Scott BikeMiguelón. Y míralos, ahí van cantando a coro los estribillos como si les fuera la vida en ello. Todo pasión, ritmo, afinación y musicalidad. ¿Que hemos hecho nosotras para merecer esto? Que vergüenza, si pudiera metería el manillar bajo tierra para no ser reconocida. Llegamos al bar de costumbre donde no todas se pueden quedar y siguen su camino hasta casa. Mejor para ellas. Me arde el aluminio que corre por mi cuadro ver como estos truhanes zampan patatas y se ponen cardiacos de cerveza  mientras a nosotras nos amontonan apoyadas en los árboles unas encima de otras. ¡¡Opresores!!

A pesar de la gran mañana y la estupenda compañía casi se agradece que Ferni me vuelva a meter de nuevo en mi celda hasta la semana que viene, aunque algo he oído de una ruta gastronómica para el miércoles. Claro, luego el cebado panzón se ducha, se seca, se acicala y como colofón tortura a la sufrida báscula con la esperanza de llevarse una alegría y una vez más se extraña ingenuamente porque no pierde nada de peso. 
Salimos de la Fuente de los Incrédulos y así es como te vas a quedar. ¡¡Incrédulo!!

Y esto es todo por hoy querido diario, te cierro y te guardo en mi bolsa de herramientas bajo el sillín.

“El que vive en armonía consigo mismo, vive en armonía con el mundo”


No hay comentarios:

Publicar un comentario