jueves, 19 de agosto de 2021

14·08·2021

28. Montes de Villamayor - Vértices geodésicos Francés y Flora

Quince, impar y rojo.

Cierto es que Villamayor no tiene parecido alguno con Las Vegas, ni sus montes con el desierto de Mojave en Nevada, como tampoco el Alto del Francés y el de Flora son los famosos casinos Bellacos y Caesars Palace, pero puede que tengamos más similitudes de las que creemos con la esencia que los caracteriza. Por algo esta ciudad del Condado de Clark es famosa y renombrada mundialmente como la  Capital del entretenimiento, la de las segundas oportunidades y también como la Ciudad del pecado.

Bueno, esta última mención casi mejor la ignoramos porque aparte de nuestra reconocida e innegable gula el resto son minúsculas sombras de imperfecciones y algunos defectillos asumibles. Pero si de algo podemos presumir es de disfrutar del entretenimiento que nos une y de la manera jovial, bulliciosa, placentera y confortable con el que lo germinamos, lo maduramos y lo hacemos florecer. Como en los casinos, todo gira en torno a la diversión, el esparcimiento y el recreo permanente.
Así que si nos trasladamos imaginariamente allí con mucha fantasía, ensueño y algo de alucinación podríamos apostar claramente en la ruleta al quince, impar y rojo.

Al quince porque es el número de asistentes que una semana más acudimos a la ruta propuesta por Pascual. Parece que estamos abonados a esa cifra. Bien es cierto que Daniel, Jorge y Amancio se desviaron del track para realizar la alternativa más larga, pero no es menos cierto que en los primeros kilómetros reclutamos un nuevo compañero. Quince menos tres, más uno y dos que me llevo de no se qué ... quince. Las matemáticas no es lo mío así que se las dejaremos al banquero Luis, el flamante fichaje de hoy al que gentilmente Miguelón acogió bajo su tutela prácticamente todo el camino. Como era de esperar sufrió en sus carnes las mentiras típicas del ciclismo: ya casi estamos, sólo queda una subida, ahora ya es todo cuesta abajo... ... ¡¡Cazadores, pescadores y ciclistas: sois unos mentirosos compulsivos que arderéis en los infiernos!!

Al rojo porque es el color predominante en el atuendo de Btt Zaragoza. Por ello y por deferencia y cortesía hacia esta Familia los Alazanes acordamos bautizarnos así, como los caballos de pelaje rojizo. Por la tonalidad de la apariencia exterior y por supuesto, y al igual que ellos, por nuestro admirado y deslumbrante carácter, asombrosa valentía, energía incombustible, privilegiada inteligencia, comportamiento equilibrado y amigable, etc. etc. ... ... Igual me he venido muy arriba, mejor parar y dejarlo aquí que se va a notar en exceso que no tengo abuela, verdad?? Pero bueno, tampoco voy a borrar nada, el teclado es mío, los dedos también y hago con ellos lo que me manda la solitaria neurona que me debe quedar con algo de lucidez. 

Al rojo porque nos identifica, porque por casualidad o no hasta los que no tienen el maillot oficial lucían vestimentas escarlatas o rodaban con bicicletas coloreadas en tonos bermellones o carmesí. Al rojo porque desde las alturas la nube de casacas rubís que envolvieron la máquina de Maria Luz para colaborar en el apaño del pinchazo que había sufrido se asemejaba a un ramo de claveles. Por fortuna contamos con el Rider Andrés como maestro de ceremonia del genial tutorial que nos impartió de cómo colocar una mecha y reparar el desaguisado mientras otros mantenían el tono muscular bailando al son de la música. ¿Bailando?¿En serio me dices que eso es bailar? 

Al impar porque... ... este ya es un tema más delicado. Porque el ticket de las consumiciones del bar resultó número impar, pero vaya número. El más erótico y sensual, víctima de incontables chistes, bromas y bufonadas, soñado, anhelado y codiciado por muchos y recordado, evocado y revivido por los menos. Si, por los menos, no me vengáis ahora con bravuconadas ni fanfarronadas que nos conocemos. Para más mofa y guasa el innombrable número impar nos persiguió también el domingo, pues esa fue la cantidad de kilómetros que marcó el Garmin en la Rompepiernas de Alfindén, ruta en la que participamos invitados por el Club Ciclista de esa localidad. Creo conveniente dejar aquí ya el tema del impar porque me están viniendo a la mente unos nubarrones impuros y pecaminosos muy tentadores que me veo en la obligación de omitir. 

Quien se quedó sin fichas para seguir jugando porque la mala suerte se cebó con ella fue Maria Luz. Tras el pinchazo y llegando al bar lo apostó todo a una curva y acabó en el suelo. Era doble o nada, dobló y cayó. No siempre se gana campeona. Menos mal que tan solo se saldó con algunas magulladuras y este sábado se podrá sentar en la mesa de póker y desafiar al resto con su mirada mafiosa en cuanto el terreno se eleve. 

Quince, impar y rojo. Claro está que seguiremos creyendo en esta peculiar ruleta, la que nos hace avanzar en nuestro camino hacia el casino del entretenimiento y la diversión. Nunca seremos el Bellacos y el Caesars Palace de Las Vegas pero tampoco anhelamos estar en esa lista de los más famosos. Juguemos limpio y la fortuna proveerá. Las malas artes en cualquier juego se suelen tornar en contra como un boomerang para quien hace uso indiscriminados de ellas.

“A estas alturas de mi vida no busco
ser parte de un cuento con final feliz,
Solo busco ser feliz sin tanto cuento”

 

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